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Quizás hayas oído la palabra compliance, pero ¿qué es el compliance o cumplimiento normativo para las empresas?

 

“Ignorantia juris non excusat”, dicho de otra manera, la ignorancia no exime del cumplimiento de la ley. Así podríamos definir el compliance, el cumplimiento o conformidad en castellano.

El siglo XXI se caracteriza por el aumento constante de los intercambios y de las posibilidades de negocio. Paralelamente, se desarrolla una plétora de normas. De tal forma que respetarlas todas se convirtió en un verdadero desafío. Así, el compliance, se impuso en una gran parte de las empresas.

 

¿Qué debo entender por compliance?

 

Pues bien, el Comité de Basilea, o Comité de Supervisión Bancaria de Basilea es un foro que busca el perfeccionamiento y la convergencia de la supervisión financiera a nivel global. Definió el compliance como “una función independiente que identifica, asesora, alerta, monitorea y reporta los riesgos de cumplimiento en las organizaciones, es decir, el riesgo de recibir sanciones por incumplimientos legales o regulatorios, sufrir pérdidas financieras o pérdidas de reputación por fallas de cumplimiento con las leyes aplicables, las regulaciones, los códigos de conducta y los estándares de buenas prácticas”.

Así, el compliance o cumplimiento normativo no toca solamente a los directivos sino también al conjunto de los empleados y demás agentes.
Además, hemos de interpretar el marco normativo en su sentido más amplio. Es decir, que no se refiere únicamente a las leyes sino también a las políticas internas, los compromisos con clientes, proveedores o terceros, y especialmente los códigos éticos de la empresa. Pues, pueden existir muchos casos en los que una conducta puede ser legal pero no ética.

 

¿De dónde viene el compliance?

 

Hay que tener cuidado no es tan nuevo como podemos pensarlo, el concepto se remonta al principio del siglo XX. Cuando los Estados Unidos crearon las Agencias Públicas de Seguridad en Estados Unidos, como por ejemplo la Agencia de medicamentos y alimentos creada en 1906. Sin embargo, hay que esperar los años 70 y 80 que se dictara el Foreign Corrupt Practices Act (1977) para que apareciera la forma moderna de compliance que ahora conocemos.

 

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¿A qué se arriesgan las empresas que conculcan las normas?

 

Se trata tanto de sanciones jurídicas y financieras, como de daño de la reputación empresarial. En efecto, como lo hemos subrayado previamente, las reglas internas, así como la ética tienen una importancia singular. El no respeto de aquellas, pueda dar lugar a un desinterés de los clientes y de los colegas. Así, es más que conveniente para la empresa organizarse para acatarlas.

 

¿Qué figura toma el compliance en el seno de una empresa?

 

Para responder al deseo creciente de respetar las normas, se desarrollaron los departamentos especialmente dedicados a averiguar el cumplimiento con las leyes.

Esto hizo prosperar el compliance officer (director de cumplimiento en castellano). Es la persona encargada de supervisar y gestionar todas las cuestiones relacionadas con la legalidad. Podrá estar en plantilla o ser un asesor externo.

 

Su misión es:

• identificación de riesgos
• analizar cambios estatuarios y reguladores
• determinar medidas preventivas y correctivas
• impartir formación a directivos y empleados para que conozcan y apliquen todas las normas
• revisar periódicamente el funcionamiento de los procedimientos, así como la actualización de los mismos.
• tener en cuenta las novedades legislativas de forma inmediata.

 

De manera lógica, su figura es más presente en empresas que operan en varios países, ya que deben tener en cuenta las particularidades legales de cada Estado. Lo que es legal en un país, puede que no lo sea en otro.
Según un estudio, cerca del 78% de las compañías españolas con más de 5.000 trabajadores cuentan ya con una labor de compliance, mientras que en las empresas con menos de 5.000 trabajadores ese porcentaje se reduce al 38%. *

*Fuente: EAE Business School 

 

¿Cuándo se desarrolló el compliance en España?

 

Un hecho relevante impulsó el crecimiento de los departamentos de compliance en las empresas españolas. Es la modificación de la Ley Orgánica del Código Penal de 22 de junio de 2010. En efecto, a partir de esta reforma, se reconoce la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Lo que significa que no solamente los empleados, como personas físicas, pueden ser inculpados sino la empresa en sí misma, como entidad de pleno derecho. Así, los emprendedores vieron con buenos ojos contratar a personas para comprobar el buen acatamiento de las diversas normas.

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